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Anabel Cervera | Dermatólogo en Valencia

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Los tatuajes

Parecía algo exclusivo de marineros y ciertos estatus marginales, pero no. Los tatuajes llegaron con fuerza y cada vez tienen más adeptos en nuestra sociedad. Pero no olvidemos que al igual que muchas personas se realizan tatuajes, también muchas se arrepienten de ese “decorativo dibujo” por motivos muy variados, y que no son fáciles ni baratos de eliminar. A eso debemos añadirle algunas contras de llevar estos permanentes motivos en nuestra piel. ¿Cuáles son estas contras más frecuentes de lucir un Tatoo?

Quitar tatuajes

Una vez se ha tomado la decisión meditada de realizarse un tatuaje, tenemos que tener en cuenta que al ser una técnica inyectiva, no debemos descartar el riesgo de adquirir una infección cutánea, (bacterianas o víricas como verrugas o herpes simple), o generales (hepatitis B o C, SIDA, Tétanos…).

El implante de los pigmentos puede provocar igualmente granulomas cutáneos postinflamatorios, así como granulomas secundarios a cuerpo extraño o en ocasiones granulomas sarcoidóticos. Por ello las personas portadoras de tatuajes, deben esperar al menos entre 4 y 12 meses para poder donar sangre, según comunidades autónomas.

Se debe conocer también que no deben realizarse tatuajes las personas inmunodeprimidas o bajo tratamiento inmunosupresor (enfermedades autoinmunes crónicas), los trasplantados o los pacientes con leucemia.

La zona elegida para un tatuaje también es importante. No se deben hacer tatuajes sobre un lunar, ya que esto puede interferir a la hora de la observación y control dermatológico de cambios en esa lesión, si se produjese algún viraje hacia una lesión cancerosa.

En las mujeres, la zona abdominal es conflictiva, ya que después de un embarazo, si se producen estrías, éstas pueden distorsionar o dañar el dibujo. Estos mismos cambios se producen en los casos de adelgazamientos y aumentos de peso, ya que la piel se distiende y los tatuajes pueden llegar a ser antiestéticos.

Las personas alérgicas deben prestar una especial atención. Los pigmentos implantados permanentemente en la piel pueden provocar reacciones alérgicas crónicas, especialmente conflictivo es el color rojo. También se pueden producir reacciones cutáneas tales como las cicatrices queloideas, causadas por el trauma físico.

Las personas portadoras de tatuajes deben conocer otros riesgos potenciales. Caso de necesitar realizarse una resonancia magnética, prueba diagnóstica cada vez más empleada, la zona tatuada puede padecer molestias leves o severas, tales como hinchazón, ardor, e inflamación transitorios. Pero si el tatuaje es muy extenso, puede ser incluso desaconsejable la realización de la resonancia, impidiendo la realización de una técnica de exploración médica esencial, cuyas consecuencias escapan a nuestro entendimiento.

Otro aspecto médico es la electrocirugía. El uso de bisturí eléctrico sobre una zona tatuada puede provocar una quemadura en la zona tratada, dado que el metal es un magnífico conductor.

La espalda es otra zona delicada, especialmente la región lumbar, y una auténtica pesadilla para los anestesistas a la hora de realizar una anestesia epidural, bien para asistir a un parto u otro tipo de cirugía, ante la posibilidad de que al introducir la aguja se produzca un arrastre de los componentes del tatuaje, tales como sales de plomo o metales pesados, hacia el espacio epidural, que pueden provocar desde reacciones inflamatorias en el espacio epidural, hasta incluso provocar nódulos granulomatosos crónicos como resultado de esa inflamación. Por ello, y para evitar riesgos innecesarios, muchos anestesistas se niegan a realizar epidurales sobre tatuajes o bien optan por realizar una incisión quirúrgica sobre la zona a puncionar, para salvar el impacto de la aguja sobre la dermis y de esta forma evitar que la aguja arrastre el pigmento hacia el interior.

Aún nos quedan muchos “contras médicos” sobre los tatuajes, ya que las técnicas evolucionan y no sabemos lo que nos deparará un futuro inmediato, pero las consecuencias de nuestros actos no paran aquí.

Desde un punto de vista social, el tatuaje sigue siendo, en muchos estamentos, un tabú. Ciertos tatuajes pueden provocar una mala impresión y rechazo, a la hora de obtener un puesto laboral, pese a un curriculum impecable. En casos puntuales, los tatuajes”visibles” impiden el acceso al mundo laboral, es el caso de las Fuerzas Armadas y los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.

A la hora de decidir cambiar nuestro aspecto de forma definitiva, optar por un tatuaje es una decisión seria, severa y en ocasiones decisiva, que no debe tomarse a la ligera.

¿Existe alguna opción asequible para la eliminación de un tatuaje o nos tenemos que resignar a convivir con él?

En próximas entregas os explicaremos cómo eliminar los tatuajes con un método pionero en España a nivel mundial.

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